jueves, 26 de abril de 2012

Descubren el bizcocho que no engorda



Montar las claras a punto de nieve durante dos minutos. Poco a poco y por este orden, añadir a la batidora en marcha el azúcar, las yemas con el acidulante y la mitad de la leche, la harina, el bicarbonato y, finalmente, el resto de la leche con parte del aceite y la inulina. Al horno durante 40 minutos a 160 grados. Dejar enfriar... y a disfrutar del bizcocho.

Seguramente, muchos de ustedes habrán utilizado esta receta en alguna ocasión para elaborar deliciosos bizcochos en sus casas, salvo por un detalle: la inulina. ¿Qué demonios es y para qué sirve? La inulina es una fibra dietética natural que se extrae de la raíz de la achicoria y que, en este caso, sustituye a parte de las grasas que habitualmente se utilizan en la elaboración de este dulce.


Investigadoras de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han elaborado un bizcocho con un 20% menos de calorías utilizando esta fibra. Para lograrlo han sustituido hasta un 70% del aceite que se utiliza normalmente en esta tradicional torta.

Y los resultados no pueden ser mejores (tal como especifican en su trabajo publicado en el Journal of Food Science) ya que, aparte de reducir el aporte calórico, la inulina refuerza el sistema inmune, aumenta la biodisponibilidad de minerales como el magnesio o el calcio y mejora la respuesta glucémica.

Además, el sabor parece no variar en absoluto: las investigadoras probaron diferentes concentraciones de inulina como sustituto de las grasas, del 35 % al 100 %, y evaluaron, entre otros parámetros, su textura, color y sabor para cada formulación, así como los niveles de aceptación por parte de los consumidores. Las pruebas sensoriales se realizaron con sesenta catadores que encontraron los nuevos bizcochos, con hasta un 70 % de sustitución de grasas por inulina, "idénticos" a los tradicionales. 


El objetivo de estos científicos es aportar su granito de arena a la reducción de la obesidad en la sociedad actual y consideran que este nuevo bizcocho podría llegar muy pronto a los mercados ya que el proceso de sustitución de la grasa sería muy fácil de implementar en la industria alimentaría. Su próximo trabajo consistirá en repetir todo el proceso de sustitución de grasas por inulina para la elaboración, en esta ocasión, de galletas y magdalenas.    

Solemos asociar los estudios científicos con malas noticias: el calentamiento global; la aparición de nuevas enfermedades; la amenaza de las radiaciones solares... Hace poco nos informaban de que el chocolate no engorda; hoy descubren una fórmula para que tampoco lo hagan los bizcochos; nos encanta cuando los científicos se ponen “dulces” y nos ayudan a sobrellevar esta mala época que estamos pasando.

sábado, 14 de abril de 2012

El chocolate también ayuda a adelgazar (por increíble que parezca)



Normalmente asociamos a los científicos con sesudos estudios relacionados con la física cuántica, las estrellas más lejanas del universo o el descubrimiento de las más extrañas especies de los fondos marinos. Pero hay otros que se dedican a labores que, en un principio pueden parecer menos trascendentales pero que, de seguro, nos alegran mucho más la vida. 

Esos científicos a los que nos referimos, no hace mucho tiempo nos informaron de que comer chocolate ayudaba a tener una presión arterial más baja y que reducía el riesgo a sufririnfartos e ictus. Incluso ha quedado demostrado que también ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y que rebaja los niveles de colesterol. El problema era el que ya todos conocíamos: que podía provocar sobrepeso.

Sin embargo, otros colegas suyos han querido rizar el rizo y después de realizar sus investigaciones pertinentes han demostrado que el chocolate no sólo no provoca obesidad sino que, contra todo pronóstico, ¡puede ayudarnos a adelgazar!

Pero vayamos con los datos que esto parece demasiado bonito como para poder ser cierto. Investigadores de la Universidad de California (San Diego, EEUU) llevaron a cabo un estudio con 1.018 hombres y mujeres de entre 20 y 85 años a los que se les realizaron cuestionaros sobre su consumo de chocolate y otro tipo de alimentos como frutas y verduras además de la ingesta de calorías. Además, se tuvo en cuenta su IMC (índice de masa corporal) y cuántas veces al día (de los siete de la semana) practicaban ejercicio. Los participantes tenían una edad media de 57 años y el 68% era varón. La media de consumo de chocolate era de dos veces a la semana y se ejercía deporte más de tres veces cada siete días.

Por sorprendente que pueda parecer, los datos revelaron que aquéllos que más cacao ingerían gozaban de un IMC más bajo que los que menos lo consumían. Y esto se reforzó cuando los científicos ajustaron el IMC de los participantes con la actividad física que realizaban y con otros factores externos que pudieran alterar los resultados.

Aunque el estudio no se ha ocupado sobre la cuestión de que chocolate es el mejor para obtener estos resultados tan espectaculares, los científicos recomiendan el uso de los elaborados con materias grasas provenientes exclusivamente de la manteca de cacao y, sobre todo, evitar aquellos que incluyen grasas hidrogenadas en su producción.

Pues miren; estos científicos no sabrán de nuestra existencia, pero que sepan que desde ahora este blog pertenece a su club de fans. ¡Nos han alegrado el día!

jueves, 12 de abril de 2012

Memetro, una asociación para entrar “por la cara” en el Metro de Madrid


Si le preguntasen por el nombre de un héroe famoso, seguro que en una de las primeras posiciones aparecería Robin Hood, “el ladrón que robaba a los ricos para entregárselo a los pobres”. Incluso Walt Disney lo homenajeó con una película. ¡Pues no saben el daño que este buen señor ha causado a lo largo de la historia a las mentes de los ciudadanos de medio mundo!


Me explico. Si, está muy bien que ante las injusticias de su época (aunque, no crean, entonces pagaban “diezmos” y ahora pagamos “medios” e incluso más), decidiese pasar a la acción y asaltase a los recaudadores del Rey para repartir entre “el pueblo” el dinero robado, pero ¿de qué vivía? ¿Trabajaba de alfarero o carpintero entre asalto y asalto? No. Comía, bebía y vestía gracias a sus actividades delictivas. O sea, se aprovechaba de sus robos. Además, el Rey, cabreado por los menosprecios de Don Robin, ¿cómo creen que reaccionaría? Pues yo no estaba allí y en las películas no lo cuentan, pero apostaría a que, como represalia, aumentaría los impuestos entre la población y se volvería mucho más violento con los que no pagasen a tiempo. Es decir, que al final, el “heroico” Robin Hood provocó que el pueblo al que quería beneficiar saliese perjudicado. Y sin embargo, como decía al principio, todos le consideran un “héroe”.

Les cuento todo esto a raíz de una noticia que ha aparecido hoy en los medios digitales. Al parecer, se ha creado una asociación en Madrid (a semejanza de la que desde principios de año ya funciona en Barcelona) cuyo objetivo es facilitar la labor a todos aquellos que deciden colarse sin pagar en el Metro de Madrid.


Memetro funciona como una mutua: quienes deciden pertenecer a esta asociación, pagan siete euros mensuales a sus gestores y con ello saben que, de pillarles entrando en el suburbano sin pagar, será Memetro quien se encargue de pagar la multa que les impongan.

Para justificar el “descuido” del infractor, la asociación se ha inventado un “trastorno de la memoria” durante el cuál el individuo es incapaz de recordar que, según la normativa vigente, hay que validar el título de transporte.  Puede alegar que ha sufrido un evento traumático relacionado con la noticia de la subida abusiva de las tarifas, por el mal funcionamiento del servicio o por cualquier otra excusa que se les ocurra.

También disponen de un servicio “localizador” de billetes perdidos. En caso de que el infractor sea pillado “in fraganti”, la asociación se encarga de facilitarle un billete para poder anular la sanción impuesta.

Y ya, en el colmo de la sofisticación, están ultimando una aplicación para smartphone que indicará, en tiempo real, las estaciones donde se encuentran los revisores para que las puedan evitar.


Estoy seguro que muchos lectores habrán encontrado la noticia “simpática” y que algunos incluso habrán justificado la labor de esta “mutua de timadores” por la situación de crisis actual y por los altos precios que está alcanzando el Metro madrileño. Pues miren, a mi no me ha hecho ni pizca de gracia.

¿Saben que el precio del billete del Metro de Madrid apenas cubre el 40% del coste del servicio? ¡Las pérdidas superan los ingresos! ¿Y quien tiene la culpa de esto? Sin ningún lugar a dudas, los gobernantes madrileños. Por tres razones: la primera es por haber colocado como gestores del Metro a personas no preparadas, ya fuesen compañeros de partido, amigos, familiares… ya saben, gente que hasta su llegada al cargo, apenas habían gestionado una comunidad de vecinos. La segunda es por haber construido líneas de metro deficitarias, basándose más en los votos que se podrían conseguir que en la utilidad del servicio. Y la tercera es por subvencionar el precio del billete, permitiendo, a sabiendas, que los usuarios paguen mucho menos de lo que realmente vale su desplazamiento; el gobernante gana popularidad y ya pagarán los que vengan detrás. Menos ingresos de los debidos, más gastos de los necesarios… desastre total.

Pero lo peor de todo es que con esta actitud han logrado que los usuarios crean que están pagando de más cuando compran su billete y que, incluso antes del próximo y abultado incremento de las tarifas, hayan surgido movimientos como el “yo no pago”, los asaltos en masa a las estaciones o la creación de esta mutua de delincuentes llamada Memetro. Mientras no asumamos que debemos pagar (sin subvenciones) por los servicios que recibimos, difícil será que salgamos decentemente de esta asquerosa crisis.    


Volviendo a lo que les comentaba al principio, seguro que, a semejanza de lo que ocurría con Robin Hood, muchos justificarán a estos “jetas” y pensarán que el Metro de Madrid “se lo tiene merecido”. Grave error: todo lo que no paguen estos individuos, ¿quién cree que lo pagará? ¿Esperanza Aguirre? ¿Ana Botella? No. Lo pagarán, usen o no el Metro, todos los madrileños y, a renglón seguido, el resto de los españoles a través de los impuestos.

Sabiendo que van a pagarles sus desplazamientos, ¿a que ya no les parecen tan simpáticos estos caraduras?  Pues esperemos que a la policía tampoco y actúen en su contra.

Por cierto, si las multas fuesen de 2.000 euros, ¿también las pagarían la “mutua de timadores”?

martes, 3 de abril de 2012

Emprendedores a partir de los 50 años: éxito asegurado (o casi)




Cuando hablamos de emprendedores, imaginamos a jóvenes recién llegados a la universidad que empiezan una aventura empresarial (habitualmente relacionada con las nuevas tecnologías) en el garaje de su casa o en un pequeño local y que tienen rápidamente un éxito fulgurante.

Sin duda que a ello han contribuido las biografías de Mark Zuckerberg, creador y presidente de Facebook con sólo 19 años y que se convirtió en el multimillonario más joven de la lista Forbes; de Steve Jobs y Steve Wozniak, fundadores con 21 años y en el garaje de su casa de Apple; de Zaryn Dentzel, cofundador de Tuenti, que llegó a España con 15 años en un programa de intercambio y acabó montando a los 23 la principal red social de origen español; de Michael Dell que creó la multinacional que lleva su apellido a los 22  y, como no, de Bill Gates y Paul Allen que fundaron Microsoft en el famoso garaje del primero de ellos cuando tenían 20 y 22 años. Todos jóvenes, muy jóvenes. Pero esa característica no es la principal a la hora de triunfar en el mundo de los negocios; ¿sabían que Arianna Huffington fundó su innovador e icónico Huffington Post a los 54 años?

Según un estudio realizado por Vivek Wadhwa de la Universidad de Duke y publicado por The Washington Post, la mayor parte de los emprendedores de éxito en doce sectores de rápido crecimiento pusieron en marcha sus compañías habiendo alcanzado ya los 40 años. Analizaron los casos de 500 empresarios de éxito en Estados Unidos y los datos son sorprendentes: había el doble de emprendedores con 50 años que con 25 y también doblaban los de 60 años a los de 20. ¿Quién dijo que para ser emprendedor era imprescindible ser joven?


Aquí en España la tendencia es muy similar. Durante el año 2011, los mayores de 45 años han puesto en marcha el 26% de las nuevas empresas (un 7% más que el año anterior) y la edad media de los emprendedores en España va en aumento año tras año y ya supera los 38.

¿Qué lleva a estos trabajadores a emprender esta nueva aventura en sus vidas? Primordialmente, los motivos en nuestro país son de dos tipos. Por un lado están aquellos que lo hacen por necesidad: han perdido sus empleos y ante la perspectiva de un largo periodo de inactividad, se deciden por el autoempleo. El otro grupo de “empresarios senior” es el de los profesionales altamente cualificados que han llegado a puestos de responsabilidad dentro de sus empresas y que, en un momento dado, deciden aprovechar para sí mismos su experiencia, conocimiento y red de contactos poniendo en marcha su propio negocio. Para ello se suelen valer del colchón financiero, más o menos tranquilizador, que han acumulado durante su vida profesional.

Aunque esta tendencia ya se venía arrastrando desde hace bastante tiempo, la crisis económica ha sacado a la luz una triste realidad: España está perdiendo muchísima capacidad profesional en las empresas por la dichosa manía de enaltecer a la juventud desperdiciando la valiosísima experiencia de trabajadores altamente cualificados. Es una pena que muchos empresarios no se den cuenta de que la mejor forma de revitalizar sus empresas es acertar con la combinación correcta entre juventud y experiencia.


Cada vez más trabajadores “mayores” se cansan de aguantar las organizaciones farragosas de las grandes empresas o el famoso “lo sentimos, buscamos jóvenes prometedores” y tienen la valentía de dejar su puesto de trabajo (habitualmente bien remunerado) o abandonar la comodidad del paro (a la espera de un empleo de asalariado) para ponerse a trabajar por su cuenta.

Y los resultados de esa aventura suelen ser satisfactorios ya que en la fase de consolidación de esas nuevas empresas, momento en que empieza a demostrarse la viabilidad del proyecto, más de la mitad (56%) de ellas está comandada por un emprendedor de más de 45 años. O sea, tienen el doble de éxito que los de menor edad.

Además, según reconocen ellos mismos, dar este paso tan importante en sus carreras profesionales, les ha rejuvenecido. Y seguro que también se sienten más felices.