miércoles, 30 de noviembre de 2011

Números rojos en su cuenta corriente: el paraíso de los bancos



¡Por fin! Después de tanto sufrimiento con aquel cacharro de televisión que “heredó” de su época estudiantil y que tantos quebraderos de cabeza le ha traído, llegó la hora de jubilarlo. Tras varios meses apretándose el cinturón, entra en la despampanante tienda de electrodomésticos del centro comercial, elige el televisor de pantalla plana de sus sueños, se acerca a la caja y paga su adquisición con su flamante tarjeta de débito.

Diez días después, el que podía haber sido un día de alegría y felicidad se ha convertido en un mal sueño: el banco le avisa que su cuenta corriente ha entrado en números rojos y que tendrá que hacerse cargo a la mayor brevedad posible de su deuda y de los intereses y comisiones que ésta ha provocado. 

¿Qué ha ocurrido? Tuvo mala suerte. El destino le abandonó aquel día. Para empezar, la nueva contable de su empresa omitió un número de su cuenta corriente y el dinero de su nómina todavía anda perdido por el ciberespacio. Además, el colegio de sus hijos le pasó la derrama extraordinaria del semestre sin avisarle; el recibo de la luz llegó con una lectura estimada desmesurada: a su mujer se le estropeó el móvil y lo cambió por un smartphone con acceso a Internet y usted tuvo que invitar a media familia a comer en un restaurante con motivo de su cumpleaños. En resumen, 1.500 euros de descubierto y unos intereses y comisiones bancarias de…. ¿cuanto pueden cobrar legalmente los bancos por un descubierto de este tipo?


Ante todo aclararles que todas estas comisiones e intereses que les vamos a detallar tienen que estar, obligatoriamente, publicadas en un tablón de anuncios situado en un lugar destacado en todas las oficinas de banco. Asimismo, en el momento de firmar el contrato para operar con la cuenta corriente, el banco tiene que informar por escrito de la penalización que puede sufrir si su saldo es negativo.

Estas penalizaciones son básicamente de tres tipos: comisión por descubierto, intereses deudores y comisión por reclamación de posiciones deudoras.

- Comisión por descubierto. Se aplica sobre el mayor saldo en descubierto durante el periodo de liquidación. Traducido: si el día 1 adeuda 100 euros, el día 7 su saldo negativo es de 1.500 euros y el día 9 de tan sólo 300, la comisión que le aplicará el banco será sobre 1.500 euros durante los días que dure el descubierto. Todo esto con una salvedad, si los números rojos son consecuencia de las distintas fechas de valoración atribuidas a los ingresos y reintegros en la cuenta corriente por la mecánica bancaria habitual, no se puede aplicar esta comisión, ya que no es un descubierto que se pueda atribuir al cliente.
Su importe, junto con el de los intereses por el descubierto, no podrá ser superior a 2,5 veces el interés del dinero (en 2011 está fijado en el 4%). O sea, su banco durante el 2011 no podrá cobrarle un TAE superior al 10% por la aplicación de estos dos conceptos.

- Intereses deudores. Ya sabe, su descubierto actúa igual como un préstamo y, en este caso, el banco impone los intereses unilateralmente, no los pacta con usted. De todas formas, no podrá superar el 10% TAE junto con la comisión por descubierto como ya hemos indicado en el punto anterior.

- Comisión por reclamación de posiciones deudoras. Aquí es donde llega el desmadre. El banco tiene la obligación de informar al consumidor sobre el descubierto producido incluyendo su importe, el tipo de interés que se le aplica, las posibles penalizaciones y los gastos o intereses de demora que le pueden pedir. Esta comunicación se puede efectuar por teléfono, por carta ordinaria o certificada, por correo electrónico e incluso por un SMS dependiendo de cada entidad y de la relación que tengan con sus clientes. El problema llega con lo que cobran, ya que por esta “gestión” pueden cargarle en cuenta, prácticamente, lo que les venga en gana; no está regulado y el banco puede alegar que tuvo que trabajar mucho para poder avisarle. En numerosas ocasiones, esta comisión es superior a la suma de las dos anteriores, dándose casos de descubiertos de unos pocos euros y comisiones de 30 euros por la gestión de reclamación.


Por si les sirve para evitarlas, indicar que salvo en los casos en que el cliente no tiene más remedio que estar en números rojos debido a su situación económica, la mayoría de los descubiertos se producen por los siguientes motivos:

- Realizar un gasto un tanto elevado sin consultar antes el saldo bancario.

- Utilización por varias personas de una misma cuenta corriente.

- Retraso en el ingreso de la nómina, pensión o subsidio de desempleo. Cuidado con los días festivos a principios de mes que le pueden jugar una mala pasada.

- Domiciliación de recibos no periódicos. Pueden juntársele varios recibos de forma inesperada en unos pocos días y hacerle entrar en números rojos.

- Cierre de cuenta o mejor dicho, cierre en falso de cuenta corriente. Muchos usuarios deciden sacar todo su dinero de su cuenta sin cerrar la misma. Quizá crean que la podrán utilizar posteriormente o simplemente les viene mal acercarse hasta la sucursal bancaria. Una cuenta, aunque tenga 0 euros continúa produciendo gastos de mantenimiento... y esos gastos provocan un descubierto. En el siguiente periodo tendrá gastos de mantenimiento más comisiones e intereses y así hasta que decida cancelar definitivamente la cuenta previo pago, claro está, de lo que adeuda al banco.
Lo siento, pero tendrá que pagar ya que en caso contrario, incluirán su nombre en registros de morosos, y a partir de ahí, su vida puede convertirse en una pesadilla con denegación de prestamos, de tarjetas de crédito, de hipotecas...

En caso de duda, recuerde la máxima que dice que “el banco siempre gana”.

jueves, 24 de noviembre de 2011

A estudio el examen de conducir obligatorio cada cinco años



A partir de hoy y hasta el día 26  se celebrará en Valencia el cuarto Congreso Internacional de Prevención de Riesgos en los Comportamientos Viales (PRECOVIR'11). Este congreso, al que asistirán especialistas de todo el mundo, tendrá como objetivo principal analizar la accidentabilidad como un problema de salud, prevenible y evitable.

Durante la rueda de prensa de la presentación del Congreso, su  Presidente y vicerrector de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Francisco Tortosa desgranó alguno de los datos que se estudiarán estos días, con especial incidencia en las causas que provocan los accidentes de tráfico. Así, señaló que el 80% de los accidentes se deben a comportamientos de riesgo debidos a alteraciones psicofísicas transitorias inducidas por factores como el alcohol, las drogas y los medicamentos.

Para reafirmar estas declaraciones, echó mano de un estudio realizado partiendo de los análisis toxicológicos realizados a 1.100 fallecidos por accidentes de tráfico que revelaron que el 31 % de los conductores fallecidos dio positivo a alcohol, el 12,5 % a drogas de abuso y el 8,3 % a psicofármacos.


El señor Tortosa continuó destacando que las infracciones de tráfico son la causa de cerca del 70% de los accidentes de tráfico, con un 58% de conductores infractores en carretera y un 72% en vías urbanas. En el caso de los peatones, el 26% de las víctimas cometían alguna infracción cuando se produjo el accidente. Datos todos ellos estremecedores.

Sin embargo, el punto más conflictivo de su intervención llegó a la hora de proponer soluciones a estos problemas. Francisco Tortosa propuso que cada cinco años, y con carácter obligatorio, se realicen cursos de actualización del permiso de conducir (suponemos que con su correspondiente examen) incluidos los ciclistas (67 fallecidos y 3.606 accidentes durante el pasado año). Asimismo, ha abogado por que personas preparadas ofrezcan cursos de seguridad vial en los colegios de toda España como asignatura obligatoria.

Seguro que muchos conductores se estarán poniendo las manos a la cabeza leyendo estas declaraciones: ¿cómo me van a obligar a realizar cursos de “reciclaje” si soy el conductor más seguro y prudente de la carretera? No tenemos porque dudarlo pero, ¿seguro que conoce el significado de todas las señales que aparecen en nuestras carreteras? No digo que se le hayan olvidado (que ocurre con mucha frecuencia) pero piense que periódicamente se van incorporando nuevas señales y, aunque es obligación de todos los conductores conocerlas, el porcentaje de los que se preocupan por ello es ínfimo. ¿Se fía de que el conductor que circula junto a usted en la carretera (y que puede provocar un accidente que le involucre) esté bien informado o se sentiría más seguro si todos lo tuvieran que demostrar en un examen?  Además, todos conocemos el caso de algún conductor que desde que se sacó el permiso apenas ha vuelto a conducir, ¿no sería oportuno que demostrase que no se le ha olvidado antes de coger de nuevo el volante?


Aunque el señor Tortosa no se ha referido a ello, quiero traer a colación otro tema al que apenas se le da importancia: el de los reconocimientos médicos. Seguro que muchos de ustedes han observado al llegar a un semáforo en una vía interurbana cómo el coche que le precede frena inesperadamente aunque esté en verde o a ese otro conductor que en una autovía, de noche y lloviendo, apenas pasa de los 60 Km. /h. ¿Prudencia? Olvídense; quien conduce no ve tres encima de un burro.

Continuo sin explicarme cómo algunos conductores pasan el examen médico sin apenas ver o más sordos que una tapia. O las dos cosas a la vez. Cuando me saqué el permiso por primera vez, mi médico de cabecera me firmó el reconocimiento sin ni siquiera pisar su consulta, ¿continúan algunos médicos regalando la revisión a los conductores? ¿Se pueden comprar en los centros autorizados? Esperemos que no sea así.


martes, 15 de noviembre de 2011

Consejos para no perder su dinero si España abandona el Euro



Seguro que la mayoría de ustedes están hasta el gorro de escuchar las mismas noticias día tras día: que si Grecia, Irlanda y Portugal están intervenidos por la Comunidad Europea; que Italia ha estado a punto de conseguirlo; que el siguiente será España; que Francia empieza a tener problemas; que Grecia puede salir del Euro y volver al Dracma; que si Grecia sale del Euro, el resto de los países con problemas seguirán su camino... Ante todo este catálogo de noticias “tranquilizadoras” muchos nos preguntamos: ¿y qué pasa si abandonamos el euro y volvemos a la peseta? Pues parece ser que lo vivido hasta ahora sería una anécdota comparado con la crisis que se nos vendría encima.


Para empezar, la peseta (o como se le quiera llamar a la nueva moneda) fluctuará con el resto de monedas europeas y mundiales hasta alcanzar un cambio relativamente estable. Este tipo de cambio se determina por la fortaleza y capacidad de generar riqueza de un país; en el caso de España no hace falta ser adivinos para saber que la nueva peseta se depreciaría (y mucho) con respecto al Euro, al dólar o al nuevo Marco alemán en el caso de que la primera moneda desapareciera definitivamente. Traducido significa que de golpe seríamos bastante más pobres que los ciudadanos de los países europeos o norteamericanos más prósperos.

Esta pobreza “súbita” (se calcula que perderíamos entre un 30% y un 50% de nuestra capacidad de compra) tendría como consecuencia positiva que aumentarían nuestras exportaciones (venderíamos más barato) y los turistas inundarían nuestra geografía (les resultaría más barato venir). Ni más ni menos que lo que ocurría antes de la llegada del euro: devaluábamos la peseta y éramos más competitivos de golpe.

Sin embargo, las consecuencias negativas serían mucho peores. Para empezar, el dinero ahorrado en el banco perdería hasta la mitad de su valor. Los productos nacionales, posiblemente, bajarían de precio en consonancia con la devaluación sufrida, pero a la mínima que saliésemos al extranjero o comprásemos productos foráneos (petróleo incluido), deberíamos pagar el doble. Y prefiero no pensar en el precio que alcanzarían nuestras hipotecas contratadas en euros o lo que costaría devolver los préstamos contraídos por el estado… Resumiendo: de la noche a la mañana, España sería el doble de pobre.

Poniéndonos en el peor de los casos, ¿hay alguna forma de proteger la capacidad de compra de nuestro dinero? Al no ser millonarios, tenemos difícil aquello de evadir capitales a paraísos fiscales y si nos metemos en productos financieros complejos corremos el riesgo de que el banco nos deje con una mano delante y otra detrás. Hay otras fórmulas mucho más sencillas y todas ellas se basan en conservar nuestra inversión en un valor que aunque España vuelva a la peseta, como mínimo continúe valiendo lo que nos costó.

La primera solución es la compra de cualquier metal precioso, ya sea oro, plata, etc. o incluso atrevernos a comprar diamantes, rubíes, esmeraldas… Todas estas compras se suelen efectuar en dólares o, en su defecto, en euros o francos suizos. Cuando queramos venderlos también lo haremos en esas monedas con lo que nuestra inversión (con sus correspondientes fluctuaciones) estará asegurada. No hace falta tener un gran capital para comprar este tipo de productos.


Otra forma de asegurar nuestro capital sería abrir una cuenta en España en cualquier divisa potente extranjera como dólares, francos suizos o libras esterlinas. Esta modalidad tiene el riesgo de que la moneda en que abramos la cuenta también se deprecie, con lo que perderíamos parte de su valor inicial.

Siguiendo con los bancos, podemos abrir una cuenta en el extranjero en calidad de no-residente, ya sea en euros o en otra moneda fuerte. Por ejemplo podemos depositar nuestros euros en un banco de Alemania con lo que evitaríamos el riesgo de tipo de cambio y, en caso de que se rompiera el euro, los nuevos marcos alemanes se cambiarían en pesetas a un tipo de cambio favorable para nosotros.


Para hacerlo no es necesario desplazarnos al país extranjero en cuestión para abrir la cuenta; basta acudir a una sucursal de un banco que sea de ese país en cuestión y pedir que la cuenta que queremos abrir esté depositada fuera de España. Puede que pongan alguna pega, pero a la mínima que insistamos nos dirán como hacerlo. No pueden negarse ya que en la Unión Europea existe libertad de capitales. Esta modalidad puede resultar un tanto engorrosa a la hora de realizar transferencias o la declaración de la renta.

Si nos atrevemos, también se puede invertir comprando acciones de compañías extranjeras. Dado que su valor no depende de lo que ocurra en nuestro país, siempre mantendremos lo invertido. Naturalmente, habrá que vigilar las posibles subidas y bajadas del valor.

Y ya que nos hemos decidido a comprar fuera, si nuestro capital nos lo permite, podemos lanzarnos a comprar una propiedad en el extranjero.

Por último, las obras de arte con un cierto valor, suelen comprarse en dólares. Si llegado el caso tenemos que venderlas, compradores foráneos (que pagarán también en dólares) no faltarán.


Aunque a veces pueda parecernos lo contrario, España tiene una fortaleza económica suficiente para que no nos tengamos que poner nerviosos todavía, pero en el caso de que se decidan a realizar alguna de las operaciones que les hemos descrito o cualquier otra que se salga de lo habitual, acudan siempre a asesorarse a un experto financiero independiente de su confianza. El miedo y las prisas no son buenas consejeras.


jueves, 10 de noviembre de 2011

El nuevo Código de Circulación favorecerá a motoristas, ciclistas… y taxistas



El nuevo gobierno que salga de las urnas el próximo día 20 ya tiene una tarea que cumplimentar: la aprobación del nuevo Reglamento General de Circulación propuesto por la Dirección General de Tráfico (DGT). Entre las novedades que ya se están filtrando a los medios de comunicación, queremos destacar en este post aquellas  que tendrán especial incidencia en la circulación de motos y bicicletas. Vamos con algunas de ellas:

- Las motocicletas estarán autorizadas a circular por el arcén si el tráfico está parado por congestión en los carriles de la vía y siempre que no superen los 30 kilómetros por hora extremando las precauciones. Buena medida para potenciar el uso de las dos ruedas como vehículo “más rápido” en las grandes ciudades y descongestionar un tanto el tráfico.

- Asimismo, motocicletas, ciclomotores y bicicletas podrán "zigzaguear" entre el resto de los vehículos parados en un semáforo o intersección para situarse delante de éstos en la línea de detención. Medida lógica y que ya era una práctica habitual puesto que en muchas ciudades existen en los cruces las “líneas de detención adelantada”reservadas a los vehículos de dos ruedas. Si no pueden pasar a los vehículos ya detenidos, ¿para qué sirven?


- En cuanto a las bicicletas, se autoriza a los ciclistas a circular por el centro de la calzada en aquellas vías con un límite máximo de velocidad de 50 kilómetros por hora. En el resto de las vías deberán ir por el arcén de su derecha, si es transitable y, si no lo fuera o no existiese arcén, lo más cerca posible del borde de la calzada.

- También se permite a los ciclistas circular en posición paralela, en columna de a dos, y pegándose lo máximo posible al extremo derecho de la vía. Recuerden los conductores de coches que las bicicletas, a la hora del adelantamiento, están consideradas como cualquier otro tipo de vehículo, es decir, sólo podremos adelantarlas si no viene ningún otro coche de frente y tenemos sitio suficiente para hacerlo. No tienen por qué apartarse y no vale a “echarlos” de la carretera. 


- Otra novedad es que las bicicletas podrán adelantar y rebasar a otros vehículos por la derecha o por la izquierda, según sea más conveniente para su seguridad. Se entiende que será en retenciones o circulación lenta.

- Y para terminar con las bicicletas, se les autoriza a circular por las aceras de más de tres metros de ancho cuando la densidad de peatones lo permita y siempre a una distancia mínima de un metro de la fachada de los edificios. En todo caso, los peatones que circulen por la acera tendrán la prioridad sobre los ciclistas, incluidos los carriles bici que discurren por las aceras que tan de moda están últimamente.


- Acabamos con una norma que no tiene que ver con las anteriores y que afecta al mundo del taxi. El nuevo Reglamento permitirá que los niños viajen sin un asiento especial, siempre que el taxi circule en tráfico urbano o en áreas urbanas de grandes ciudades.

Puede parecer que en este blog estamos siempre en contra de los taxistas, pero en este caso lo que estamos en contra es de los legisladores. Vamos a ver, las sillas especiales para niños están hechas para que en caso de accidente, no tengan lesiones ocasionadas por su escasa estatura y corpulencia. Ya saben, debido a su tamaño, los niños pueden salir despedidos por debajo del cinturón o sufrir mortales lesiones en el cuello (lugar donde le llega el cinturón).  ¿Acaso un taxi no puede tener un golpe en la ciudad? ¿Qué ocurriría con los pequeños? Además, si ellos no están obligados, ¿el resto de los conductores tampoco?

Comprendemos que transportar todo el día una silla para pequeños en el taxi “por si acaso” es un engorro, pero que para conseguir que los taxistas tengan un poco más de espacio en su vehículo se ponga en riesgo la seguridad de los niños… por ahí no colamos. Soluciones hay muchas y aun más en la actualidad cuando la mayoría de servicios se solicitan por teléfono.

Señores del nuevo gobierno: no incluyan este punto en el nuevo Reglamento. Nuestros pequeños se lo agradecerán.  


martes, 8 de noviembre de 2011

Alzira instaura su propia moneda e impone medidas proteccionistas a sus ciudadanos



Al igual que en otros muchos municipios, el Ayuntamiento de la localidad valenciana de Alzira realizó una emisión en moneda local en el año 1937 (plena Guerra Civil Española) por valor de 50.000 pesetas, en billetes de 0.25, 0.50 céntimos y una peseta. Ante la escasez de moneda circulante en esos difíciles años, se tomó esta decisión con el fin de reactivar un tanto el comercio de la localidad y que sus habitantes pudieran abastecerse de los productos básicos de supervivencia. 


Pasado el tiempo y ante una situación económica muy difícil como la que estamos viviendo en la actualidad (aunque a años luz de las penurias sufridas durante aquella nefasta época), la actual alcaldesa de la localidad, Elena María Bastidas Bono, del Partido Popular, ha decidido recuperar aquella “exitosa” medida y a partir del próximo 1 de enero realizará los pagos de las ayudas y subvenciones en materia de empleo, vivienda o educación que otorga su Ayuntamiento en una especie de moneda propia que sólo se podrá utilizar en las empresas y comercios de la localidad.

Aunque se sabe que esta moneda no será de papel o metal, todavía no se ha definido el sistema con el que se realizarán estos pagos (presumiblemente será con una carta de pago o con una especie de tarjeta de crédito). El objetivo final será revitalizar la economía de la localidad.

Las palabras del concejal de Promoción Económica de Alzira, José Luis Palacios, no dejan lugar a las dudas: “se trata de que el dinero que se genera en Alzira no vaya a utilizarse fuera, sino que se quede aquí". "Hay que ayudar al comercio local y a la economía", y añadió que "cada ayuntamiento tiene la responsabilidad de ayudar al comercio de su localidad y no al de otras foráneas".   


De todas las medidas económicas que las administraciones públicas están aplicando en estos últimos meses, esta es, sin ninguna duda, la más estrafalaria; un retorno a la autosuficiencia y las medidas proteccionistas imperantes en nuestro país en la época más dura del franquismo. ¿En serio creen que con el millón de euros de las ayudas municipales van a revitalizar al comercio y a las empresas alcireñas?  Mucho me temo que conseguirán todo lo contrario. Me explico.

Alzira, capital de la comarca de la Ribera Alta, es una localidad de 44.756 habitantes (censo 2010) cuyo término municipal limita con 19 poblaciones (Alberique, Algemesí, Gabarda, Antella, Benifairó de la Valldigna, Benimodo, Benimuslem, Carcagente, Corbera, Favareta, Guadasuar, Llaurí, Masalavés, Polinyá del Júcar, Benicull, Simat de la Valldigna, Sumacárcel, Tabernes de Valldigna y Tous). Además, debido al desarrollo demográfico y urbanístico del último siglo, los cascos urbanos de Algemesí,  Alzira y Carcagente se encuentran prácticamente unidos, formando de hecho una conurbación con cerca de 95.000 habitantes, siendo el segundo núcleo de población de toda la provincia de Valencia.

Gracias al gran desarrollo económico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX, Alzira pasó de ser una población eminentemente agrícola (dedicada fundamentalmente al cultivo y comercio de la naranja) a ser una ciudad industrial y de servicios que la ha convertido en el motor económico de la comarca, acaparando la mayor parte de la oferta de ocio y servicios de la zona que generan gran cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos. Según datos de su propio Ayuntamiento, el 94,7% de los visitantes que acuden a la ciudad (procedentes en su mayor parte de los numerosos pueblos limítrofes) lo hacen para realizar compras.

¿Qué pensarán estos compradores de la medida proteccionista del Ayuntamiento de Alzira? ¿Continuarán acudiendo a realizar sus compras a Alzira mientras los alcireños no podrán hacer lo propio en sus localidades? ¿Sus Ayuntamientos implantarán esas mismas medidas proteccionistas con el fin de revitalizar sus maltrechos comercios locales? 


Le propongo a la señora Bastidas que sus “novedosas” medidas contra la crisis no se detengan ahí y que, a partir de ya, potencie también sus industrias prohibiendo la venta de cualquier producto que no se haya fabricado en su ciudad. Suponemos que algunas importantes empresas oriundas de la localidad como Helados Nestlé, Grefusa, Ediciones Bromera, etc. no estarían muy de acuerdo con la medida ya que sería difícil que subsistieran vendiendo sus productos en un mercado de sólo 45.000 compradores.   

El libre comercio es uno de los principales motores de crecimiento de las sociedades modernas. En la Ribera Alta parece que han tomado la decisión de volver a la Edad Media y acabarán cobrando peajes por atravesar los puentes que cruzan el río Júcar.

Esperemos que el señor Rajoy no siga el ejemplo de su compañera de partido. ¿Imaginan que los españoles no pudiésemos gastar ni un euro fuera de nuestras fronteras?

domingo, 6 de noviembre de 2011

La burocracia “se come” la mitad del presupuesto de cooperación al desarrollo español



Inmersos en plena campaña electoral, los diferentes partidos políticos han hecho saber a sus potenciales votantes los programas que, según ellos, llevaran a cabo si los españoles les otorgan su confianza.
Como en este blog tenemos un enorme respeto por nuestros lectores, no vamos a hacerles perder el tiempo desglosándoles unas propuestas que, como siempre, están repletas de buenas intenciones, falsas promesas y mucha demagogia. Si quieren conocerlas pueden acudir a las páginas web de cada uno de los partidos: allá ustedes.

De la única que queremos hacernos eco es de una propuesta del Partido Popular que promete que, en caso de llegar al poder, reducirá las partidas de cooperación internacional. Desde la formación liderada por Mariano Rajoy argumentan que tal y como está nuestro país, estas ayudas deben quedarse aquí; que tenemos muchos ciudadanos necesitados y que ya vendrán tiempos mejores que permitirán retomar esta labor solidaria. Como no podía ser de otra forma, el resto de partidos políticos han puesto el grito en el cielo ante esta medida.
Cabría pensar ante esta reacción que la política de cooperación exterior llevada a cabo durante estos años por el Gobierno del Partido Socialista era completamente la contraria. Es más, si sólo nos fijamos en las abultadas partidas presupuestarias destinadas a estos fines, podríamos llegar a pensar que así era, pero, ¿dónde iba a parar realmente todo ese dinero?     


Existen numerosas agencias y organismos encargados de esta labor, pero pondremos como ejemplo las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2010 publicadas recientemente por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

De un presupuesto total de 963 millones de euros, 54 millones se destinaron a pagar los gastos de los 1.015 empleados de la agencia (369 funcionarios y 646 laborales), así como a los altos cargos de la presidencia, la secretaría general y las cuatro direcciones generales con que cuenta la entidad. Hay otra partida todavía más elevada: 69 millones de euros que se consumieron en gastos corrientes necesarios para el funcionamiento de la Agencia. Por tanto, el total de sueldos y gastos asociados de la AECID sumaron el año pasado 123 millones de euros, curiosamente la misma cantidad que la destinada a ayuda alimentaria y humanitaria para las zonas más necesitadas del Tercer Mundo (123 millones). Gastaron lo mismo en burocracia que paliando el hambre en los países más pobres; todo un ejemplo de buena gestión.


Pero los gastos, podríamos denominar “superfluos”, no terminan ahí. Durante el año 2010 se realizaron 355 cursos que nos costaron a todos los españoles 30 millones de euros (la partida de ayuda alimentaria para los países que padecen hambrunas fue de 22 millones) y 27 seminarios organizados por la AECID con un coste de 6 millones.

Otras partidas importantes fueron las que se destinaron a la publicación de 105 libros por valor de 1,2 millones o a la compra de 38.200 libros y revistas cuyo montante ascendió a casi 2 millones de euros.


¿En esto consiste la “cooperación al desarrollo”? ¿Desarrollo de quien? Queda claro con estas cifras: de los propios gobernantes que, enmascarándolo de solidaridad, enchufan a cientos de amiguetes (con sueldos de escándalo) para que se peguen la vida padre asistiendo a cursos y seminarios “todo incluido” a la vez que financian la publicación de las obras de otros “intelectuales afines” y compran todo lo que les ofrezca el grupo de comunicación “de cabecera” que todos conocemos.

Pues miren, estoy de acuerdo con la propuesta del PP: que todo lo que se llevan estos caraduras, se reparta entre todos los españoles.